19 agosto 2006

Jane Austin


Hace unos años, tuve que leer Orgullo y prejuicio para la universidad. Fue una de las lecturas más apasionadas que he tenido en los últimos años. Se sentía un juego de señuelos tan fuerte que resultaba imposible terminar la lectura por la ansiedad que generan los pasajes inconlusos, emociones en suspenso, nerviosismo delicioso que te captura.
Hoy, tiempo después que se estrenara la película, la arriendo y sensaciones similares se despiertan, pero aumentadas por una banda sonora hermosa, que hace sentir puro romanticismo, así como imágenes que mejoran cualquier intento de imaginación de una época desconida. Recomiendo verla, especialmente si alguien quiere sentir la deliciosa sensación del rosa en todos los sentidos.