Toco el timbre... espero (espero más o toco de nuevo?), mejor toco de nuevo. Nada... espero otro poco y me abren... "hola Bernardita, adelante, espere un mometo" me siento y espero, escucho ruidos, se acomodan sillas, algo en el baño y aparece de la consulta, comienza a sonar la banda sonora de mi análisis (a estas alturas me se de memoria el puto piano, de quien será?) "adelante", me vuelvo a sentar, en la misma silla de siempre, segundos después la palabra mágica "la escucho", 1 hora y a veces menos hablo hasta ponerme roja, una frase enigmática y pa la casa con la cabeza que no deja de darme vueltas hasta que uff!!!, algo me cambia de tema. Dos días después estoy de vuelta repitiendo el mismo ritual, que a todo esto, no se parece en nada a la vida real, quizá me hace pensar en el protocolo presidencial, incluso tengo mi propio traductor del inconsciente a play. Sólo queda un cambio por ingresar, el día que pase a diván, eso lo cuanto después.
30 septiembre 2006
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